Las formas de hacer presente la ciencia pueden adquirir las más diversas formas, presencias y niveles. Hay veces que usan la red o los medios, otras conforman espectáculos o tertulias, charlas o revistas. Este es un paisaje no exhaustivo de algunas de ellas. Su impacto es, la mayoría de las veces, subjetivo, y la forma de medirlo podría tener en cuenta diferentes propósitos: el fomento de vocaciones, la difusión de cultura científica, el mero interés o el acercamiento a una manera de pensar. Pero ciertas iniciativas parecen estar consiguiendo un efecto multiplicador: más allá de una intención global, generan un ambiente propicio en las ciudades y lugares que las promocionan. Es, como se dice, una labor de agitación y propaganda, un bien en sí mismo.